¿Las gafas de descanso deterioran la vista? ¡Rompamos todos los mitos!

Un mito muy extendido en los últimos años ha puesto de relieve una supuesta correlación entre las gafas de lectura, comúnmente denominadas gafas de descanso, y el deterioro visual. Intentemos resolver dudas y evitar caer en la desinformación total sobre un tema tan amplio e importante. Las gafas de lectura no empeoran la vista. De hecho, lo cierto es que son nuestras aliadas.

El uso de gafas de lectura no tiene por qué ser continuo, sino limitarse al tiempo en que los ojos realizan esfuerzos como leer libros, revistas y periódicos o cuando pasamos muchas horas delante de dispositivos electrónicos. Aquí tienes 3 de los mitos más famosos sobre las gafas de lectura y por qué es mejor que no creas en este tipo de información.

Si tienes problemas para ver de cerca, ¡basta con que compres unas gafas de descanso!

A menudo, a medida que envejecemos, nos falla la vista y empezamos a tener dificultades para leer libros, documentos y mensajes en el teléfono móvil.

Esta afección, denominada técnicamente presbicia, provoca la pérdida gradual, progresiva e irreversible de la capacidad de enfocar de cerca, y la forma más común de contrarrestarla es mediante el uso de gafas.

Sin embargo, no hay gafas de descanso que sirvan indistintamente para todo el mundo: cada persona necesita que el óptico le indique su propia graduación y las instrucciones de uso. Aunque también es posible realizar una primera prueba de autoevaluación, la única forma de obtener un diagnóstico exacto y saber cómo proceder es acudiendo al oftalmólogo.

¡Es necesario proteger los ojos únicamente de los rayos UV!

Imposibles de ver o sentir, los rayos ultravioleta (UV) son potencialmente los más dañinos, ya que, si no se bloquean, pueden provocar melanomas, carcinomas y queratosis. Llevar gafas de sol con la correcta certificación CE te permitirá disfrutar de los días soleados minimizando la posibilidad de molestias por sobreexposición a los rayos UV.

Pero no son los únicos de los que hay que preocuparse.

Con la difusión y el uso cada vez mayor de los dispositivos digitales, pasamos hasta 17 horas al día frente a las pantallas (considerando la televisión, el teléfono, la tableta y otros dispositivos), exponiendo nuestros ojos al fenómeno de la luz azul.

De esta radiación electromagnética, el ojo humano únicamente percibe una parte (de 380 nm a 780 nm, la llamada «luz visible») y de esta parte, la banda con la longitud de onda más corta (de 380 nm a 500 nm) se denomina precisamente «luz azul».

Por este motivo, conviene proteger los ojos de estos impulsos digitales antinaturales con unas gafas que bloqueen la luz azul y protejan la vista incluso durante un uso prolongado de los dispositivos tecnológicos.

¡Si ves bien, no necesitas ir al óptico!

Cuando percibimos un cambio repentino en la visión recurrimos, a menudo por primera vez, a un profesional para entender la causa. En realidad, la revisión oftalmológica es un momento importante de prevención y control que debe realizarse periódicamente desde la edad neonatal en adelante.

Según los expertos del sector, es necesario realizar la primera revisión oftalmológica al nacer y repetir los controles posteriores cada tres años. A partir de los 40 años, lo ideal es acudir al oftalmólogo cada dos años y, tras los 65 años, se recomienda realizar una revisión anual. ¡Si estás buscando gafas de lectura prácticas y siempre contigo, descubre todos los modelos CliC!